Para empezar podemos decir que el Riosuceño es el producto de una mezcla de razas que se encontraron al pie del Ingruma desde tiempos lejanos… Aquí se encontraban ingleses, franceses, españoles, alemanes, además del indígena y el negro, entonces el Riosuceño tiene en su sangre la cultura, el ingenio y esa magia para crear grandes ideas.
Es amante de la cultura en todas sus manifestaciones, se torna culto, amable, hospitalario, muy dado a la alegría espontanea y al chiste oportuno.
El Riosuceño le gusta compartir con sus amigos, conocidos, y familiares en los parques y cafeterías.
Además el Riosuceño presenta dos facetas sin iguales por una lado es ceremonioso y profundamente católico lo que se demuestra en las celebraciones de semana santa, donde participan activamente con el fervor propio de este tipo de manifestaciones, pero también es parrandero, alegre cuando se trata de recibir a su majestad el diablo del carnaval y rendirle el tributo popular, como máximo símbolo de la fiesta.
El Riosuceño a donde llega se caracteriza por su espontaneidad, sinceridad y amor por su tierra.
Al Riosuceño le agradan los buenos espectáculos, pero que sean gratuitos, viste a la moda, visita con frecuencia los llamados remates para conseguir a bajos precios los productos que necesita para su hogar.
El Riosuceño se ha ido consolidando con el tiempo como un ser de grandes cualidades culturales construyendo patria a través de la paz y la identidad.
SER RIOSUCEÑO ES UN GUSTO QUE SE CONVIERTE EN ORGULLO
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